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viernes, 14 de enero de 2011

Flood your mouth

Salivar y no tragar hasta derramar saliva de tus labios tan encorsetados en ese gesto que cualquiera diría que te pagan por cerrar la boca como un cocodrilo recién capturado : a la fuerza.
Luego coges aire y un poco de esa saliva pasa a tu laringe, que se irrita porqué esa no es su vía de paso. El esófago pide ser hidratado y tú sólo ahogas tu capacidad para respirar.
Torpe animal, habría pensado Darwin. Esa es la evolución de una especie, cuando por error y voluntad, se deriva a la muerte.
Alguien más le hubiese replicado, pero es tan evidente que el ser humano es el primero en deshacerse de razones que, cualquiera podría justificar el porqué de ser considerado un animal inteligente, con emociones, como los demás, però además con pretensiones autoritarias. Y sí, tristemente, cómo los demás animales, territoriales al fin y al cabo.
Y luego, tus músculos tan tensos y tu hambre tan muerta que, come sin querer lo que le pida la ansiedad que se deprime al pensar que ningún gesto podrá quemar las calorías que ingiere y para colmo, ese cerebro tan saturado, ese pecho tan encogido, esa voz tan temblorosa y esas ganas de llorar. Pero no lo haces.
Qué ha cambiado de antes a ahora?
Por qué ya no eres sensible a ti mismo?
Eres, como diría Darwin, residuo existencial en potencia, es ese espejo ilusorio que usas mal, el que convierte tu Yo en un auto concepto recortable, contaminado, ni siquiera parecido, en lo más mínimo, a ti, a lo que los demás ven.
Se creen las ballenas tigres o el pájaro salamandra?
Empieza a tragar saliva, hazlo bien. O también puedes escupirla. Eso es más humano todavía.

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