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martes, 25 de septiembre de 2012

Traiciones y las cosas bonitas que todo el mundo olvida.

Ilusionarse y llorar después. Vivir contenta y entristecer más tarde. Amar y lanzarse al desamor sin quererlo, per forza, como diría un italiano.
Hacer el amor y no quererse mirar al espejo, gritar un orgasmo y silenciar un te quiero.
Que te eche de menos y no lo sepa nadie, ni yo porqué no quiero saberlo. Que me arrepienta de haberte besado poco y haberlo pretendido mucho. Que tu sepas lo guapa que me pareces y yo sepa que aunque no lo eres, me gustas mucho.
Que la vida me mienta y yo a ella. Eso es normal.
Que te he leído en las paredes y no te he contado nada, que el café estuviera amargo pero contigo fuera tan dulce. 
Esas, esas son las cosas con las que la vida te traiciona.
Ese cambio de sentido, esos cristales y sus ilusiones, esas cosas que entran y salen de dentro,
que te hacen llorar y reír, reír y llorar.
El alma tan libre y los órganos tan penitentes, la sangre que riega las buenas y malas venas,
los golpes azules para que todo el mundo se entere, las caricias incoloras para que nadie se acuerde.
Traiciones, traiciones. 


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