Vistas de página en total

sábado, 12 de marzo de 2011

Complices

Sonrisa.
Mirada.
Ceja.
Labio.
Mano.
Desconocidas.
Espejo.


Esa fue la lluvia de palabras que se avecinó sobre mí.
Sobre tí también.

Ahora que hablamos en silencio.
Es una lástima rendir culto a los celos adoptando este silencio,
tan incensario y que nos alimenta más de la cuenta,
que nos hace más cómplices y mundanas,
que nos hace compartir todo lo que el celoso no tiene,
y él, no se da cuenta, que cuanto más desea vernos lejos,
cuanto más nos imagina juntas,
más nos camuflamos y vivimos nuestro encuentro,
tan divertido y diferente,
a como él se lo imagina.



No hay comentarios:

Publicar un comentario