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martes, 14 de diciembre de 2010

La alfabetización es sólo otro invento para no pensar. El empowerment de los analfabetos. Happening Pornoverbal.

Algo me ha fallado en estos meses - dijo la escritora - he dejado de escribir para mi y por mí y he empezado a escribiros a vosotros, para vosotros. Esto es un error, no era la idea, aunque se ha convertido en esto mismo.
Tal vez puede que simplemente haya tenido que ser así. Sólo han sido unos meses. He compartido mis anotaciones personales en la calle, en las paredes, en los reflejos de los grandes escaparates. Las miradas se han cegado conmigo en mi peor momento aunque por no decirlo, muchos no han notado nada.
Justo cuando sentí llegar al primer lector empecé a vomitar prosa, todo lo que pensaba era tan simple y lo que escribía tan común que hacía por hacer y os explicaba cosas que en cualquier bar os podrían contar, con la misma gracia, quiero decir. O sin la misma. - Se quitó las gafas, cerró los ojos, se tocó los párpados e intentó hundir un poco sus ojos con la yema de los dedos. Los volvió a abrir y continuó pensando en voz alta - Ahora ya me he acostumbrado a escribir en público.

A veces siento la misma verguenza que el primer dia en el que voy a una playa nudista, el primer dia que follo con la chica que quiero o la primera vez que robas y temes ser pillado. Es alucinante no? Ahora como todo lo que produce cosquilleos, ya me acostumbré y lo mejor lo estoy saboreando. Volver a escribir desde la intimidad pero ante el escaparate. Ser tan yo que ni Dios me entienda, ser tan mentira lo que cuento que cualquiera pueda creer que es verdad y ser tan propia la manera de decirlo que nadie se pueda apropiar de mis mentiras. -

Y se calló. Miró hacia delante. Estaba en pelotas sentada en esas silla de tela sedosa, en la que notaba palpitar cada músculo de su vagina. Seguramente ya lo había mojado. Estaba sentada, y desde arriba contaba los pliegues de su barriga. Cuantos menos más gorda estás, se decía a sí misma. Y se reía a carcajadas, alzaba la mirada y los focos la inundaban de luz blanca, que hacía que su piel ligeramente bronceada pareciese residuo esquimal. Cuando se deshacía del blanco focalizaba su atención en el cristal y al otro lado la gente pasaba caminando, algunos se habían parado y con rubor esperaban a pocos metros a ver qué ocurría.
Se sentia como un puto animal salvaje encerrado en una jaula. Otro, un salido romántico, se había pegado al cristal y la provocaba lamiéndolo mientras una japonesa hortera la fotografiaba. Escuchaba el zoom, una y otra vez, enfocando sus hojas, sus manos, su risa- Maldita puta, -pensó-me va a joder las ideas- Volvió a bajar la cabeza, miró la hoja escrita y su mano, pensó entonces : tengo unas manos jodidamente bonitas. Huelen a lo que huelen. A que esta noche he llegado al fondo. Y con ellas voy a escribir y con este olor se irán las palabras y cuando lo lea y relea me acordaré de todo esto.

Movió las piernas, se sentó bien. Se rascó el pecho, se humedeció los labios y se dejó caer el pelo sobre un hombro haciendo un movimiento estúpido de cabeza, que la jodida japonesa también captó. Se puso a escribir. La gente seguía pasando de largo, otros se quedaban allí, otros sabían de que iba esa mierda. Llegó el interprete. El actor. Llegó desnudo y se situó detrás de ella. Empezó a leer lo que ella escribía. Menudo genio, se la estaba follando desde atrás, le estaba penetrando el cerebro de una manera descomunal, casi podía leer lo que todavía ella no había escrito. Ella miró a su público delante, y dijo :

No queríais improvisación, cabrones? No queríais arte? Yo he salido de casa, me he desnudado y estoy escribiendo mis palabras delante vuestro como si estuviera haciendo una peli porno amateur y vosotros sólo sabéis poner esa cara de pajilleros y lectores aficionados? dónde están los que nunca han cogido un libro en su vida porqué alguien les dijo que no sabían leer? dónde están los que no escriben porqué creen que a nadie les interesa su vida? dónde están los que los pedantes como vosotros llamáis analfabetos? dónde están los que saben escuchar y los que cuentan problemas? Iros pacientes de dibán, iros pedantes de mierda, iros los que tengáis objetivos caros y el zoom mental puesto en lo macro, a tomar por culo los que ya no usan el diccionario!-.

Y se miraron, y volvieron a reírse, a reírse con maldad, provocación, alevosía, drogados, colocados o que se jo. La gente empezó a escupir al escaparate, a darle patadas al altavoz que conectaba el interior con el exterior, los fotógrafos fotografiaban su boca, como si estuviera recitando un manifiesto pornoverbal, como si estuviera corriéndose encima de la hipocresía y poniéndosela dura a los burgueses. Como si ella fuera una perra y él su pastor. Como si fuéramos ovejas alfabetizadas y eso nos restara condiciones al alma atenta, a la oreja activa, a la emoción cachonda, a la dermis cifrada.
A ella le dió igual, reacciones que iban a llover igual. Y él por fin leyó todo lo que estaba por escribir mientras ella, literalmente, movía la mano como si estuviera jugando a la ouija y con la boca, silabeaba todo lo que escribía, tanto, que incluso babeaba, cosa que también le daba igual :

" Se ha tocado tantas veces que tiene anestesiado el clítoris.
Hace eso para estimular su vagina, aún tiene cortes y el placer le es más caro pese a que lo cobra muy bien. Cada penetración tiene un precio de 68 francos.
Hay épocas en que le escuece mucho y tiene que masajearse en agua caliente, tanto que a veces le ha llegado a quemar la polla a más de un cliente y también las manos a más de una.
Su piel negra la medio maldecía. Su trabajo en el circo consistía en saltar de un trapecio a otro, dar vueltas sobre cuerdas que colgaban del techo y luego brincar como un mono dentro de un maiot tan rojo que casi siempre se confundía con la tela de la carpa, por suerte era negra y el foco que la seguía durante el espectáculo rápido.
Luego entre actuación y actuación atendía a los caballeros y a los jóvenes también. Alguna que otra vez también a señoritas. Hay otra clase de circos en las ciudades, aunque nadie lo sabe.
Ella era de las pocas elegidas y representantes de esa clase de negocio.
No sólo puta. No sólo negra. No solo circo. No sólo mono.
Ella también era : Raxanne.
El nombre que colgaba de su puerta.
Debajo de la x habían grabadas 72 x más,
cada vez que abría su vagina al mundo,
ras-ras, crucecita.
El primer día un señor le pregunto si le podía pagar con moneditas en vez de con billetes grandes y ella aceptó. El señor le introdujo una a una todas las monedas allí adentro, tan frías, tan pequeñas, hasta 23.
Ella luego una a una se las fue sacando.
El segundo día,
una mujer un poco hombre le pregunto si podía atenderla.
Ella dijo sí.
Esa mujer entró y se colocó un enorme cinturón con un pene de madera, tan erguido que encima suya Raxanne sólo parecía un péndulo.
Esa mujer mojó toda la cama y se quiso quedar a dormir.
Raxanne no le cobró, porqué le había besado muy bien
y no se sintió penetrada, más bien bienfollada.
Esa misma noche apareció un adolescente.
Quería perder su virginidad.
Raxanne le dijo, sea lo que sea, seguro que ya lo has perdido.
El muchacho no pudo esperar, y nada más verla desnuda ya lo había puesto todo perdido.
Ella le dijo, puedo recogerlo todo si quieres, o puedes hacerlo tú.
El quiso que lo recogiera ella y esa noche le cobró por lametones.
En esas 72 cruces se habían acumulado muchos flujos,
muchas palabras, mucho dinero, mucho pelo arrancado,
mucho gris. Todos era blancos. Ni un puñetero negro la había visitado.
Ni nada parecido. Tanto negro sobre blanco, ella terminó cerrandose.
Ni tocandose. Ni con agua caliente. Ni con dilatadores ni lubricantes.
Al final todas le dolían igual. Se cortó para facilitar la entrada.
Ni así, ni con esas. Desistió. Pero su oficio era aquel.
El circo era bonito, pero su lecho era perfecto.
Pese a que le doliera, pese al gris.
Algo nuevo cada día, y siempre conmigo misma.
"Es curioso, a mi ell@s siempre me parecen iguales y yo nunca les parezco la misma "- se decía siempre.
Ni si quiera tenía que disfrazarse, ni simular ser otra. Ello@ siempre eran distintos y a ella, siempre le parecía el mismo.-
"Ser puta consiste en eso.
En dejarte ver siempre y resultar distinta,
en acomodarte a todo y nunca sentirte en casa."
-se autorecriminó-
"Pero gano dinero y es mi cuerpo
y de algo tendré que vivir,
y a alguien tendré que darle vida"
-se reafirmo-. "


Y los dos repitieron frente al escaparate.
Ahora inundado de putas, vagabundos, estudiantes, pobres, niños, gente normal y corriente, con periódicos gratuitos, con libros de biblioteca bajo el brazo, con bolsas de supermercado y ropa usada, mal afeitados y mal peinadas, feas, gordos, guapos y discretos, analfabetos por decreto, ignorantes, incrédulos, creientes, muertos de hambre, muertos de curiosidad, muertos de risa o muertos de aburrimiento.
En definitiva :
Todos los que antes no estaban.
Repitieron :

"Ser puta consiste en eso.
En dejarte ver siempre y resultar distinta,
en acomodarte a todo y nunca sentirte en casa."
-se autorecriminó-
"Pero gano dinero y es mi cuerpo
y de algo tendré que vivir,
y a alguien tendré que darle vida"
-se reafirmo-. "


Y sí : SE CORRIERON allí mismo.
La gente vomitó, se fueron, corrieron, huyeron, se mearon frente al escaparate, gritaron, golpearon el cristal, lo tapaban con retales y ropa, la gente escribía groserías en el cristal con pintura, carmín . Las putas aplaudían. Los señores también. Las vírgenes se sonrojaban, las amas de casa se reían, los puritanos golpeaban a la muchedumbre y a los niños les daba igual.
Otros tomaban nota, algunos lo grababan en video-casero, otros corrieron a comprar papel y lápiz y algunos simplemente a buscar algo que leer.
Otros empezaron a gritar "Raxanne-Raxanne!"
Otros : Hija de puta!
Algunos : Callaban y se corrían, como buenos lectores,
acompañando a sus palabras, a lo entendido,
literalmente fijando la mano de la escritora en su propio placer y dejando caer
la entonación del que narraba sobre su subconsciente
que emergía como un nuevo oído capaz de leer sin necesidad de poseer ya más la vista,
sentido secundario, en este caso usado por la escritora, para despertar la imaginación dormida
de todos aquellos que una vez fueron anestesiados
con las malas praxis de los médicos del verbo,
de los que leen pero no escriben
de los que escriben pero no leen,
de los que hablan por hablar
y de lo que es peor,
de los que aprendieron a simular
el arte de escuchar(se).

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Vamos a matar la cultura
si no dejamos que
la gente se moje cuando llueve
o se ahoguen aprendiendo a nadar
.


mío

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