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miércoles, 17 de noviembre de 2010

No empty-hand man can lure a bird...

Qué podría esconder yo en mi mano para que el pájaro se acercara a mí.
Qué podría hacer yo.
Me insinuaron que una vez lo atrajese a mí, lo encerrase en una jaula, para poder contemplarlo cada día.
Me insinuaron que le cortara la parte de abajo del ala, para que siempre me necesitara y nunca echase a volar.
Me aconsejaron que le diera siempre los mejores manjares, para que sólo me deseara a mí.
Pero la verdad es que no quiero contemplarlo, ni que me necesite ni me desee. Sólo quiero que se acerque, sólo quiero que se acerque porqué quiera estar aquí, sobre mi mano y mirarlo tantas veces como él quiera ser visto y que me necesite sólo si así ha de ser, si así lo desea ese hermoso pájaro.

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