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sábado, 13 de noviembre de 2010

Como vigilar y castigar (las emociones)


Me siento tan panóptica y foucaultiana que podría diseccionar al milímetro el porqué de todo lo que veo sin dudarlo. Me siento máquina controladora, un verdadero sistema complejo sobre el que vigilo y castigo todo lo que a mi me pertenece y sobre lo que yo considero mi sociedad actual, mi propio ser, mi devenir panóptico. Derrida me ayudaría en momentos como estos también, pero me veo obligada a yo sola, ejercer mis propios métodos sobre mi propia tesis personal.
Uno cuando razona debe hacerlo solo, pero cuando siente, debe hacerlo en soledad, que no es lo mismo. Eso diría Foucault, y añadiría seguramente, que de lo contrario, cada emoción se vería demasiado acompañada como para no advertirse unas a otras con su punto de vista individual sobre la descripción de lo que les rodea. La incomunicación es el peor de los males personales y sociales. Es el peor castigo, después de las verdades democráticamente absolutas, los derechos y deberes.


No os dan ganas de reíros?
Al final, todo es cuestión de fe en.
Quién se permite el lujo hoy en día de creer sólo en sí mismo?
La contaminación está en todas partes...

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