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jueves, 22 de julio de 2010

Incomodidad vital

No quiero que tu mente roce la mía
ni tus historias mi atención,
no quiero que te excites a mi lado,
ni que aprietes contra mi,
no pretendo darte palabras para que hables
ni escribirte tu mejor discurso,
no quiero que cambies ni te avecines
como la peor tormenta,
no quiero que incomodes
mi espíritu
ni que fuerces mis posturas.
Eres como una prótesis o un apéndice
que no es mío a mi pegado,
y aún no entiendo cuál es tu función,
si hacerme ver la diferencia o la incomodidad,
todavía no se, que podría yo aprender
de tolerarte o soportarte,
si a pesar de entenderlo no lo quiero.
Me has añadido tantos candados,
te callas tanto,
que sólo incitas al silencio,
y no hay nada ya que contar.
Mi historia no es tu historia,
tu historia no es ya mía.

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