Vistas de página en total

miércoles, 16 de septiembre de 2009


Cuando me enamoré de vos,
con toda la pretensión del mundo acumulada en mi estomago.
Cuando desperté por primera vez contigo y no junto a ti,
cuando por primera vez no me dio miedo mirarte más de la cuenta,
descaradamente o demasiado cerca.
Cuando descubrí el cobre en tu cabello, cuando salpiqué tu piel con savia,
el olor que emanaba tu espalda, la humedad bajo tus pechos,
el aire exterior y la niebla que salia de tu boca.
Tu preciosos labios y tu nariz perfecta, rara, protagonista de tu rostro,
precedente de tu enorme mirada.
Cuando dormías a solas y yo quise acompañarte.
La primera vez que tú pediste un deseo.
El primer deseo que yo pedí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario