Vistas de página en total

domingo, 20 de febrero de 2011

Un niño y ningún motivo

Un niño sale a la calle y como cada mañana exceptuando sábados y domingos, hace el mismo camino para ir a la escuela. A sus padres nadie les ha explicado porqué tienen sus hijos que ir a la escuela y mucho menos, jamás, se lo han preguntado a sí mismos.
Ese niño tiene fe ciega en la escuela, como algo natural, bueno y malo a la vez, por obligación y porqué es cosa de niños.
Así con nuestra condición también y nuestro nombre y apellidos. Así con los papeles y registros, que nos dicen como ser.
Un niño se levanta y salta de la cama, mientras desayuna y come con las manos, su madre le riñe porqué no usa la servilleta. El se relame como puede e intenta limpiarse con la ropa oscura que lleva hoy puesta, para no dejar rastro. Su madre quiere que se lave la cara, pero él no sabe aún porqué. Más tarde en la escuela, su maestra le dice lo mismo. El no sabe aún porqué.
Alguien le manda a jugar, porqué da mucho la lata, y el no sabe lo que es dar la lata pero sabe que le gusta jugar. Ha pensado que será mejor dar la lata la mayor parte del tiempo, para jugar más y mejor. A veces también le castigan, pero eso también le gusta, estar en clase le aburre y no entiende nada de lo que hace. Le llaman payaso y tonto, pero eso a él le parece divertido, y no entiende porqué a su maestra no. Su madre además siempre le dice a las otras madres : son cosas de niños, luego todos maduran, hay maestras que no tienen paciencia. Y eso él si que lo entiende, y piensa igual. Ay qué ver que inteligente es mamá. Soy un niño. Mi maestra no tiene paciencia.
Él hace tiempo que no quiere ir a la escuela, pero sabe que no es discutible. Alguien le explicó un dia que si no lo hace, la policia puede venir a por ti y llevarte cogido de la oreja hasta la puerta de tu escuela.
Así que ha decidido, con todo lo que saben mamá y él, que irá a la escuela mientras tenga que hacerlo, intentará ejercer su oficio de payaso como pueda y intentará aguantar a la maestra que no tiene paciencia. Cuando mamá ya no le llame niño, sabrá que ya es libre y a lo mejor ser uno de esos policias que van a buscarte a casa para llevarte a la escuela.

Lo tiene todo pensado, aunque no sepa porqué.

No hay comentarios:

Publicar un comentario