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martes, 15 de febrero de 2011

Con nombres y apellidos : el 17 de setiembre del 2008 le escribí esto a Esther:

"No te enfades si soy romántica y aún pretendo encontrarte,
no te enojes si ya no soy dulce y me interesa más saborear que alimentarme,
que no te de vergüenza darte por aludida ni te sorprenda que te comprenda,
que no te asuste herirme con tus sentimientos porque yo ya no los tengo,
ni te acobardes cuando quieras declarar lo enamorada que ya no estás,
que no te sepa a mentira la verdad ni te duela la ficción,
que no te asuste pensarme dos veces seguidas si yo sólo lo hago una,
créeme si no te digo que te amo aún, puedes pensarlo y no creérlo,
imagina que aún te quiero a sabiendas de que ya no me acuerdo de cómo."


*****

Esther fue uno de los grandes motivos por los que escribí mucho y a muchas horas y sobre muchas cosas. Seguramente el mérito fue la cantidad de cosas que llegó a despertar en mí. Ella lo sabe, y me lee. Nunca he tenido que explicarle nada, siempre supo que escribía lo que pensaba, y jamás al revés. Disfrutadlo. Estoy intentando rescatar algunos de los textos que escribí a razón de mi historia con ella. Muchos se perdieron o se quedaron en algún lugar al que no logro regresar por falta de pistas. Son sobretodo curativos. Como todo el amor que tuve y compartí con ella, antes, durante y después. Esther, "con nombres y apellidos" es un pequeño retrato de los recuerdos que llevan tu nombre. Siempre he querido hacerte este regalo. Gracias.

1 comentario:

  1. Es el mejor regalo que podrías hacerme.
    Ha sido un placer leer parte de aquella historia, tuya, mía y nuestra. En más de una ocasión me he trasladado de nuevo a esa habitación de hostal que siempre estará ligada a ti. O a esa cama que compartimos, con sus risas y sus lágrimas que a día de hoy me siguen sacando la sonrisa.
    O aquella calle en donde nos comimos a besos.

    Gracias Elena.
    :)

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