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miércoles, 22 de diciembre de 2010

La declinación morse de la primera persona. Lexema y desinencias de los códigos de comunicación de una Tourette emocional.

Si has pensado un poco en mí
te habrá llegado el mensaje que te envié
con ciento setenta y séis pestañeos
que en código morse
a velocidades distintas
sólo eran excusas
para no vernos
(a pesar de las ganas)
y tú luego,
alguien me lo dijo,
te quejaste porqué nadie aparecía
en el remitente.
(tenías razón,
para casi nada excepto para esto,
hay que ser valiente en esta vida).
Punto, raya y punto
el morse y mis pestañas
son lo único que me queda
para hablar con claridad.
Todo lo demás
se pierde en el camino.
(Entre lo que digo y lo que entiendes,
entre lo que callo y no imaginas.)

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