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miércoles, 22 de diciembre de 2010

Business

No puedo disimular mi desagrado
ni tolerar
un despecho o resentimiento
que tenga cómo móvil
la libertad del vuelo sentimental
que hace nuestro corazón al despegar,
accionando sus diminutas alas
a la comodidad del viento
con el que se deja empujar
y luego se balancea,
a quién se le ocurre legitimar
el derecho a limitar con redes
el vuelo del miocardio
y puedo luego dormir tranquilo...
Prefiero resignarme cien veces antes,
prefiero sentir ese pellizco de celos tan primitivo,
a atar y maldecir, la felicidad de los demás
por miedo a no cargar con todos y cada uno de mis motivos
y así, con alas maltrechas que de volar tan alto se agotaron.
Es hora de descansar y tomar fuerzas, deshacerse del miedo
y olvidarse por completo de que en algún lugar existe alguien
que nos vendrá a rescatar.

-Yo soy muy feliz,
tan sola y tan acompañada,
yo soy muy feliz,
porqué al final del día
estoy conmigo
y nunca me echaré de menos.

(Le dije cuando me queria convencer de que todos eran unos capullos y yo una maravilla universal que todos estaban desperdiciando y nadie se merecía. )

- Y ellos no se pierden nada, ni yo tampoco. Ganaran en otro lugar, como yo. Los negocios son así, los negocios son asi querida amiga.

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