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sábado, 5 de septiembre de 2009

En septiembre.

Ha llegado el momentoo de subirme a la cúspide
de desvelarte el gran secreto
todo este tiempo en que nos hemos conocido
si has creído ha sido porque has querido
no he sido ni tan yo ni tan tú
he querido disfrazar la desnudez de mis palabras
he querido aparentar ser el hada de esta fábula
sin embargo ahora cuando me levanto ya no bebo té
ni planto en mi jardín una rama cada año
desde que me fui se que a destiempo siempre he fallado
con un libro o el periodico en la mano.

No me aseguré de lo que dije era cierto
sin embargo se que te creiste hasta el acento.
Se han muerto ya tus ojos leyendo la leyenda
te has desilusionado sin advertir el fracaso
seguramente te hayas dado cuenta de que ni si quiera estás enamorado.

Puedes despedirte o mirarme por última vez,
puedes volver a deshacer la cama y yo nunca más la haré,
puedes olerme una y otra vez
te aseguro que desde donde yo esté nunca te podré ver.

Se ha leído la humedad de las calles des de el subsuelo más poblado
he encontrado la ciudad y el restaurante
dónde pasar mis horas más vivas y con tabaco entre las manos
me disolveré en el café más negro, escribiré la novela más triste y el final más inesperado,
jamás me iré por las buenas, esperaré a que me inviten a salir y aún así resisitiré,
si algo supe desde niña fué que después de mucho tiempo siempre es dulce desaparecer

ahora que es septiembre me muero desde adentro
caminaré por las calles como un adulto
y dejaré que la niña vuelva a hoy,
desapareciendo para que pueda correr,
que sea dulce la muerte, que se reinvente mi yo,
que no te sepa a mentira cuando te diga que no se si te conozco,
si te conocia de antes o que no te quiero conocer.

No llores en septiembre, ahora que llega la infancia y crecen los niños.

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