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martes, 2 de junio de 2009



Annie y Beth no se lo pensaron mucho antes de exponerse
como la nueva civilización productora post-porno-económico y cultural en el punto de mira de los precoces consumidores de arte.
Que identificados se sentirían con los miles de adolescentes que guardan revistas guarras debajo del colchón.
Laboratorio de Amor artístico, es el sello y la corriente.
Quien dice amor, dice sexo, eso lo sabe Foucault.
I desde todos los ángulos, todos mirando, como si fuera el futuro, la nueva era que nadie se atrevería a alcanzar más que como expectador.
Annie es puta de lujo, lleva una clínica de sexología ambulante y da consejos gratuitos en gavinetes de consulta improvisados como experta en sexo.
Beth es su amante y aficionada a Annie ( el sello, no la puta - o puede que también-)
Expuesto en y desde todos los ángulos, a mi me parece voluminoso y tierno, como la masa que se cuece en el horno.

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