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martes, 26 de abril de 2011

Abismo lo escribo con "v" cuando nadie me ve.

Te quise un poco,
lo justo y necesario para que supieras qué era lo que perdías
cada vez que tirabas de la cuerda y aflojabas después.
Ahora ya no te quiero nada,
lo justo y necesario para que sepas que ya no te veré volver.
Ayer te quise mucho,
lo justo y necesario para que te marcharas.
Ahora quiero de verdad,
lo justo y necesario para no quererte a ti.

jueves, 7 de abril de 2011

Los momentos del día.

Por la mañana el vapor del agua que llenará tu taza de té y empañará tus gafas.
Al mediodía el ruido en tu estómago que anuncie el hambre.
Por la tarde el escozor de tus pómulos hartos ya de tanto admirar al sol.
Por la noche tus pupilas dilatadas al fin, después de tanto menguar ante tras los cristales tintados.
Antes de irte a dormir, ya en la madrugada, las manos en la entrepierna evitando el vacío.

Tac-tac-tac-tac. Sobre uñas y madera.

De entre todas las cosas me quedo con el ruido que hacen tus uñas al golpear la mesa con un ritmo dispar y una pésima frecuencia. Pero lo que de verdad quiero hacer mío es el momento en que vuelcas tus intenciones en que yo lo vea, lo note, lo perciba. Ese detalle lo hiciste importante al pensar en mí y yo, por eso mismo, con él de entre todas las cosas, me quiero quedar.

martes, 5 de abril de 2011

No es esto de lo más bello que a una le pueden llegar a decir?


"Cuando esté contigo no quiero leer libros.
Cuando esté contigo quiero que me cuentes todo lo que está en tu cabeza."


miércoles, 30 de marzo de 2011

[A media tarde sospecho]




Algunas tardes pienso que amanece muy temprano
porqué así como la luna aparece aún de día
el sol parece que reclama oscuridad.

No sé si es esa lucha la misma que sostiene
el tiempo y los relojes, o el mar con las orillas de las playas.

Antes pensaba en los niños que lloran al nacer,
después pensé que tal vez no lloran al caer en este mundo,
creo que simplemente nacen al llorar,
y llorando tal vez también se irán.

(...)

Creo que aún soy niña porqué ya entendí que supone ser mayor.
Creo y de todas las cosas que creo sólo dudo de lo que veo.

Has pensado, cuando sospeché del Sol,
que la Luna brilla más por vivir a oscuras que por ser reflejo?


(Fragmento del texto original)

miércoles, 23 de marzo de 2011

El cómo.


Lo adiviné al escuchar "I'm in love with how you feel"
y pensé que yo también podría estarlo,
o con el reverso de lo que escribes,
que sólo es contraluz caprichosa
y un método de investigación científica
quasiexperimental.

Pero cuando lo percibo es como si tuviera
la oportunidad de mirar al vacío más vertiginoso del mundo,
a sabiendas de que es imposible que caiga en él.
Y experimento la certeza de que
cuando algo es hermoso,
se vuelve cómodo a los ojos,
y entonces, la imaginación se siente segura
para crear y recrear tantas veces como quiera
una misma imagen y cedérsela al resto.



Y así es cómo.
(se despiertan los sentidos
ante el bombardeo de emociones)

lunes, 21 de marzo de 2011

El por qué.

Tiene la piel oscura y no nacimos bajo el mismo sol.
Ella tiene una mirada que vale por cien ojos mirándote a la vez.
Sonríe como si pudiera hacer crecer a algunas plantas y el resto regalármelas a mí.
Todo ese impacto físico se desvanece cuando sale su voz a pasear, con una entonación cosmopolita y tan dulce que, si pudieras la obligarías a pasar el resto de su vida contándote cuentos antes de ir a dormir.
Tiene además la curiosidad propia de los que saben mover el mundo y la delicadeza suficiente para apartar las nubes una a una y dejar que me lleguen los rayos de sol, aunque sean dos minutos, cada mañana.
Sabe esperar y sólo sus palabras resultan impacientes.
Arropa y no da calor, tengo razones y nunca me regaló un motivo.
Cuando te abraza la sensación es la de estar en casa después de un largo viaje.
También sabe distraerme en los días de lluvia y quererme diferente.
Diferente puede que no sea mejor, pero si especial.

jueves, 17 de marzo de 2011

Como se tocan yo no.

Los chicos se tocaban y en realidad no tenían nada que tocarse, excepto las ganas y el empeño que ponían en mostrarlo, pese a no ser visible.
Los chicos se giraban, y sus espaldas musculadas y sus camisas en tirantes, su pelo corto y sus nucas pulcras, sus codos en la barra y su tórax encogido, sus glúteos medianos y sus piernas ligeramente curvadas, con una flexión curiosa, como si fueran sus botas negras y puntiagudas a enterrar en el suelo cada una de las colillas que pisaban.
Entré directa al fondo, atravesando la luz molesta del ventilador de humo, y a su vez cubriendo mi pecho con un pañuelo, así como lo hacía la propia oscuridad del lugar a mi paso horizontal.
Tardé 9 segundos y 48 décimas en recorrer la barra hasta la puerta del final y pude, uno a uno, reconocer sus olores, con una exactitud casi molesta y una lentitud propia sólo del que sabe como parar el tiempo.
Me di cuenta entonces de que el tiempo me había parado a mí.
Ellos, que olían a hormonas, ellos que estaban excitados y ni si quiera me miraban, ellos que estaban cocinando la situación, yo que quería empezar con el primer plato.
Nunca había visto algo así. Todo era agua, todo era fricción, todo era agradable y nada recurría a el grosor ni el tamaño, no era comparable tampoco ni mucho menos algo intuitivo, no existía teoría y sin embargo me parecía estar escribiéndola a la vez que aplicándola.
Sabía a sal y mi lengua también se cansaba.
Se me arrugaron las manos pero juro que no toqué nada.
Me penetraron y juro que nada entró en mí.
Fue la primera vez que no supe qué clase de amor estaba digiriendo ni que clase de sexo estaba practicando.
Fue la primera vez que una chica me pareció tan poco chica, fuer la primera vez que una lesbiana me pareció tan hetero.



Después de muchas horas retozando una y otra vez, después de desprender olor y después de acabar con las ganas por una buena temporada supe que : ellos saben cómo pero nosotras no sabemos qué.

domingo, 13 de marzo de 2011

No lo tengo claro.

Debes darme tiempo porqué no te entiendo.
Y si tu me quieres hoy,
en este mismo instante,
prometo quererte desde ayer y todos los días anteriores,
y si me dices que me querrás mañana,
prometo quererte sólo ahora,
y contando hacia atrás para que no llegue "después".

sábado, 12 de marzo de 2011

Complices

Sonrisa.
Mirada.
Ceja.
Labio.
Mano.
Desconocidas.
Espejo.


Esa fue la lluvia de palabras que se avecinó sobre mí.
Sobre tí también.

Ahora que hablamos en silencio.
Es una lástima rendir culto a los celos adoptando este silencio,
tan incensario y que nos alimenta más de la cuenta,
que nos hace más cómplices y mundanas,
que nos hace compartir todo lo que el celoso no tiene,
y él, no se da cuenta, que cuanto más desea vernos lejos,
cuanto más nos imagina juntas,
más nos camuflamos y vivimos nuestro encuentro,
tan divertido y diferente,
a como él se lo imagina.