Si ahora quieres que te cante
la canción para acostarse,
no dejes que me levante,
creo que esto empieza a gustarme.
Guardaremos unas frases,
jugaremos al despiste.
Si, tú pagas hoy las copas
yo me encargo de la cama.
Que con el calor que hace
¿para qué poner las sábanas?
Disimularé las canas
y te besaré con ganas.
Pedirás que cante nanas.
Mentirás: sí que roncaba.
The New Raemon / Elena-na
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sábado, 23 de octubre de 2010
miércoles, 20 de octubre de 2010
cómo lo tienes tú?
Empezar el dia con el corazón soleado y una sonrisa gratuita a la que no pienso buscarle explicación, porqué hace tiempo que tiendo a convertirme en vinilo y prefiero ser música improvisada.
Por eso hoy cogí el teléfono y le dije :
- Cómo lo tienes tú, guapa?
Por eso hoy cogí el teléfono y le dije :
- Cómo lo tienes tú, guapa?
martes, 19 de octubre de 2010
EL CURIOSO ACCIDENTE DEL GÉNRO A MEDIA NOCHE

Te llaman perro, luego accidente.
Fuiste un accidente, aunque ahora te recordamos como perro.
Antes eras un niño, aunque ahora te recordemos como víctima colateral de la violencia doméstica.
Eras mujer hasta que fuiste estadística.
Eras ignorante hasta que decidiste solidarizarte.
Eras solidario hasta que buscaste una causa.
No sé si me explico, odio todo lo que suena a diferencia, a victimización o a código penal.
ha pasado a ser un daño colateral?
Telegrama.
Bien.
Pondré a prueva mi telepatía y la energía de mis pensamientos.
Te estoy llamando.....
Si recibes mi llamada, puedes devolvermela?
Pondré a prueva mi telepatía y la energía de mis pensamientos.
Te estoy llamando.....
Si recibes mi llamada, puedes devolvermela?
viernes, 15 de octubre de 2010
jueves, 14 de octubre de 2010
La connotación positiva del verbo mentir.
Cómo.
Me levanté corriendo a sabiendas que no es la mejor manera de saludar a la realidad y eché al vuelo como Lola en su película. Las calles parecian autopistas y las personas semáforos en rojo que yo si estaba dispuesta a saltarme o a empujar. No corría por miedo ni por pesadilla, corría por necesidad.
Hablo de cuando tenía ocho años. Era febrero. Febrero* me gusta, porqué cumplo años y es el maldito mes dónde todo recuerda lo pronto que se irá el frío y lo cerca que está el sol primaveral. Dónde a penas hay dias festivos pero sí el carnaval y parece que existen excusas para disfrazar cualquier cosa y decreto abierto para camuflar la realidad.
Pero.
Pero no era esa la educación que a mi me habían dado. Tampoco me dijeron nunca: no cuentes lo que pasa en casa. ¿Pero mentir es fácil no? A mi me llegó a gustar mucho. Es uno de los mejores placeres que tiene la infancia, mentir, mentir, mentir y mentir a sabiendas que eso nunca te hará lo suficientemente culpable porqué sí, eres un niño aún, y no sabes lo que conlleba. Yo sí lo sabía, pero como eso era mejor que contar la verdad o callarmela, era necesidad y placer. Como el que trabaja en lo que le gusta, nunca acaba de apreciar lo afortunado que es.
Punto y seguido.
Vuelvo. Se me había olvidado.
Corría en febrero por la calle y cuando llegué a la meta me paré. Durante un tiempo acostumbraba a desayunar y a pisar la calle antes de quitarme las legañas. Mi hermana me seguía, pero ella no cruzaba al otro lado de la calle. Yo sí.
Había un señor mayor que se llamaba Joan. Cuidaba del perro de su vecina. Y también de mí, aunque él no lo supiera. Siempre me decia : vuelve con los demás a jugar! o..tu madre debe estar pregúntandose dónde estás y si te ve aquí no le va a gustar!
Bah...tonterías. Yo me enganchaba como una lapa.
Por qué.
Se estaba muy bien alli, con Joan y la perrita. Podía ver la ventana de mi habitación, a mi madre cruzar el piso y a mi padre salir de casa, cruzar la calle, pasar delante mío sin darse cuenta y entrar en el bar. El puto bar.
Esos meses me parecian años, porqué luego llegaba el frío y la oscuridad y otra vez la reclusión en casa, la maldita frase : no es hora para que una niña de 8 años ande sola por la calle.
Pues más sola estaba en casa. Mi hermana no se enteraba de nada y mi madre se entretenía demasiado con todo, supongo que ella ya hacía años que manejaba el arte de la distracción personal, pero yo, yo me moría del asco.
Conclusión.
Y al final, si os soy sincera, era lo mismo que mi padre estuviera en casa sembrando el pánico como en uno de sus viajes, porqué ni la calma ni la diversión pasaban por casa. La soledad que se experimenta estando acompañado es mucho más cruel que la soledad física.
Yo lo veo en los ojos de mi madre y en los míos, cuando recuerdo los flashes de hace ya unos años, lo que éramos, lo que había.
Como decía, el arte de mentir resulta un placer y una drogadicción cuando además de oficio es necesidad. Muchas veces me pregunto si algunas cosas que recuerdo eran realidad o no, si me las imagino sólo o són recuerdos de verdad. Esa confusión es la que provoca alivio, y el silencio pactado claro. Tampoco sé cuánto he borrado ya de mi memória. Porqué se que hay cosas que ya no logro visualizar.
Advertencia.
Jamás se me ocurriria corrborar mi versión con la de mamá o mi hermana. Se que cada una tiene su própia estructura firme y su flotador vital sobre esta misma história. Supongo que compartimos el lodo, pero no los flotadores.
Anotación personal.
Pues sí. A correr como Lola, desde entonces.
Me levanté corriendo a sabiendas que no es la mejor manera de saludar a la realidad y eché al vuelo como Lola en su película. Las calles parecian autopistas y las personas semáforos en rojo que yo si estaba dispuesta a saltarme o a empujar. No corría por miedo ni por pesadilla, corría por necesidad.
Hablo de cuando tenía ocho años. Era febrero. Febrero* me gusta, porqué cumplo años y es el maldito mes dónde todo recuerda lo pronto que se irá el frío y lo cerca que está el sol primaveral. Dónde a penas hay dias festivos pero sí el carnaval y parece que existen excusas para disfrazar cualquier cosa y decreto abierto para camuflar la realidad.
Pero.
Pero no era esa la educación que a mi me habían dado. Tampoco me dijeron nunca: no cuentes lo que pasa en casa. ¿Pero mentir es fácil no? A mi me llegó a gustar mucho. Es uno de los mejores placeres que tiene la infancia, mentir, mentir, mentir y mentir a sabiendas que eso nunca te hará lo suficientemente culpable porqué sí, eres un niño aún, y no sabes lo que conlleba. Yo sí lo sabía, pero como eso era mejor que contar la verdad o callarmela, era necesidad y placer. Como el que trabaja en lo que le gusta, nunca acaba de apreciar lo afortunado que es.
Punto y seguido.
Vuelvo. Se me había olvidado.
Corría en febrero por la calle y cuando llegué a la meta me paré. Durante un tiempo acostumbraba a desayunar y a pisar la calle antes de quitarme las legañas. Mi hermana me seguía, pero ella no cruzaba al otro lado de la calle. Yo sí.
Había un señor mayor que se llamaba Joan. Cuidaba del perro de su vecina. Y también de mí, aunque él no lo supiera. Siempre me decia : vuelve con los demás a jugar! o..tu madre debe estar pregúntandose dónde estás y si te ve aquí no le va a gustar!
Bah...tonterías. Yo me enganchaba como una lapa.
Por qué.
Se estaba muy bien alli, con Joan y la perrita. Podía ver la ventana de mi habitación, a mi madre cruzar el piso y a mi padre salir de casa, cruzar la calle, pasar delante mío sin darse cuenta y entrar en el bar. El puto bar.
Esos meses me parecian años, porqué luego llegaba el frío y la oscuridad y otra vez la reclusión en casa, la maldita frase : no es hora para que una niña de 8 años ande sola por la calle.
Pues más sola estaba en casa. Mi hermana no se enteraba de nada y mi madre se entretenía demasiado con todo, supongo que ella ya hacía años que manejaba el arte de la distracción personal, pero yo, yo me moría del asco.
Conclusión.
Y al final, si os soy sincera, era lo mismo que mi padre estuviera en casa sembrando el pánico como en uno de sus viajes, porqué ni la calma ni la diversión pasaban por casa. La soledad que se experimenta estando acompañado es mucho más cruel que la soledad física.
Yo lo veo en los ojos de mi madre y en los míos, cuando recuerdo los flashes de hace ya unos años, lo que éramos, lo que había.
Como decía, el arte de mentir resulta un placer y una drogadicción cuando además de oficio es necesidad. Muchas veces me pregunto si algunas cosas que recuerdo eran realidad o no, si me las imagino sólo o són recuerdos de verdad. Esa confusión es la que provoca alivio, y el silencio pactado claro. Tampoco sé cuánto he borrado ya de mi memória. Porqué se que hay cosas que ya no logro visualizar.
Advertencia.
Jamás se me ocurriria corrborar mi versión con la de mamá o mi hermana. Se que cada una tiene su própia estructura firme y su flotador vital sobre esta misma história. Supongo que compartimos el lodo, pero no los flotadores.
Anotación personal.
Pues sí. A correr como Lola, desde entonces.
martes, 21 de septiembre de 2010
Así fue.
Y me llamó ambigua y tribada y yo le dije : "já, eso es poco". Luego me dijo : sólo te falta irte con un moro y yo le dije : "te equivocas, sólo me falta irme con dos". Luego remató : sólo te falta tener hijos con otra cómo tú y yo le dije : "sólo me falta tener un hijo de otro como yo". Y esa es la guerra de la ignorancia contra la vida real, la que nadie se imagina ni quieren imaginarse.
martes, 7 de septiembre de 2010
zombie-boom-boom
Me deshago del hielo que he acumulado en verano y ahora parece que el inverno me quiera derretir.
Un agosto tan esquimal que, parece que septiembre simule San Juan, y mientras los primeros copos dejan de verse ya en el hemisferio sur, aquí el Sol se opone al fin de la resistencia.
El deshielo del miocardio en llamas, así titularon mis arritmias mortales, las que me dejaron zombie, la primera zombie reconocida por la comunidad médica. Muertos vivientes, miocardios congelados en cuerpos de sangre caliente. Sí, sí, hemos sobrevivido.
sábado, 4 de septiembre de 2010
Me llamo Elena.
Elena viene anunciando
vientos muy frescos, o un vendaval.
quizás sea un temporal, eso jamás se sabrá.
ella va sembrando, cosechando la bondad
ella va sirviendo, va vertiendo
lo que natura non da
algunos la confunden con una arpía, o con el mal.
a elena le daba igual, siempre le dió igual
elena iba ausente, ida, distraida,
viendo pasar el hada maga.
vientos muy frescos, o un vendaval.
quizás sea un temporal, eso jamás se sabrá.
ella va sembrando, cosechando la bondad
ella va sirviendo, va vertiendo
lo que natura non da
algunos la confunden con una arpía, o con el mal.
a elena le daba igual, siempre le dió igual
elena iba ausente, ida, distraida,
viendo pasar el hada maga.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Beach in Hawaii.

"I wish you were here with me, on the beach in Hawaii... " dice Ziggy.
Y a mí, me parece la balada más romántica, el sosiego más intacto que ejerce un corazón enamorado, que viene a ser el porcentaje mínimo sobre el que existe la especie albina.
Me levanté hoy y quise escuchar a Ziggy.
Ese reggae, que viene exaltando a Africa y mezclándose con las necesidades de relantizar las pasiones de los blancos, que se ameniza con hojas verdes y toma como dios al Amor.
Si los hippies existen, creo que los confunden con rastaman(s), los yankees de los setenta, sólo querían practicar el jammin', y seguramente murieron en el intento defendiendo el cuerpo humano contra la guerra armada.
Sí, sí, i wanna jammin with you, pero prefiero echarte de menos sentada en la playa, en Hawaii, o dentro de mi propio ser, dónde también hay mar y playa, dónde realmente te echo de menos.
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