Vistas de página en total

miércoles, 14 de julio de 2010

Son 5.342 soldados con machete cada uno.
Son 1.563 niños abrasados por el cianuro.
Són 3.667 madres horrorizas y rabiosas.
Es un sólo hombre inmundo, que no Dios terrenal,
el ejecutor del paisaje ultra-dantesco,
se le ama porqué antes se le teme
y es a su palabra la historia encadenada y el presente caprichoso.
Se le llama de tantas maneras y se ritualiza,
se escribe y literaliza su vida y obra
y también sus misterios,
se condena a Sodoma y después a la humanidad,
bajo una lluvia de cianuro y después la inundación,
más tarde nos lo contaria Saramago sin obviar los peros
sin engrandecerlo, menospreciandole como menospreciamos a los villanos
y compadeciendole por ser tan distante de la maravilla humana,
el ha hecho al hombre victima de la psyque, poseedor de ella
y a la vez perdido en ella también,
que clase de Dios es éste,
dice el escrito,
referiendose a su peor obra,
en la que para ensaltecer a Abel
menosprecia a Caín.
Y asi desde el origen,
hasta nuestros días.
Tú eres Abel o Caín?
Saramago fue Caín y también replico
y también quiso matar a su hermano.
Mató a Dios y lo nombro,literalmente con puño y letra,
también "Caín".
A los muertos hay que bautizarlos también.

martes, 13 de julio de 2010

Elefante


Un elefante viejo y gris
una memoria extensa y clara.
Un ser entrañable
acostado en la estepa
vigila la sabana
como el caballero las tierras de su rey.
No se apresura a correr tras los felinos
ni a defenderse de los depredadores
se contenta con vigilar y proteger
a golpe de marfil
a los pequeños grises.
Las sombras se prolongan
los arboles piden agua
las trompas erguidas
se siguen en filas.
No se sabe quien manda
todos son tan grises y grandes
que se sospecha que entre ellos
no existe monarquía ni anarquía,
sinó que siguen piel con polvo
el pie al camino
y se ungen unos a otros
con sus pequeñas lenguas y sus abductoras trompas
las hojas verdes que los hijos de todos ahijados
comen, y comen queriendo ser más grises,
queriendo ser memoria
hijos de elefantes ya son un pueblo,
camino que se hace
al andar y por delante
al comer del árbol y al huir de la sombra,
sobre la estepa y a través de ella,
mira y vigila y jamás sospecha,
se contenta con acoger su futuro bajo el marfil,
así, elefante quiero ser, gris y memorable.




lunes, 12 de julio de 2010

Del pecho tierno del elefante
nacen las grietas grisaceas
y se pliega el corazón
con cada paso gigantesco
y el polvo desterrado por el peso.
En la estepa más desierta
pueblan ellos en memoriam
forgando el recuerdo del paisaje
en su cerebro cartográfico.
Los pequeños elefantes apresuran el paso
persiguiendo los marfiles más largos
y rastreando con su trompa las miradas de los felinos
que acechan al descuido
con el hambre del miedo.
Son los elefantes nobles caballeros
pesados sobre la tierra
ligeros de espíritu
amantes y metáforas reales
de las profecias más históricas.
Es el elefante el animal más humano
muere y se deja morir
piensa y se domina
recuerda y actua
con el intelecto fallido del propio ser humano.
Elefantes cazados,

Saramago me presentó a Caín

He soñado con Caín. He soñado con Caín retoño entre mis brazos.
El bebé no tenía mancha alguna en su frente, ni maldad en su corazón.
Su vida no se semejaba a la história bíblica ni tenía un hermano que matar.
Caín, he soñado, era hijo mío y poseía nobleza y sinceridad.
Caín lloraba al hambre, lloraba al frío y el calor, Caín lloraba por la noche.
Me pareció hermoso su cuerpecito encogido, me pareció cruel el prejuicio de su nombre.
Así le llamé, soñé. Caín era hijo mío y me enorgullecía. Algunos me miraban extraños cuando preguntaban por el nombre de la criatura alegre, de ojos negros y piel chocolate.
Caín era de color, mestizo y ya envuelto en controversia desde pequeño,
no lo lograría entender hasta que creciera, són histórias antiguas a las que su nacimiento no quiso hacer referencia, pero el registro civil así quiso hacerlo público, el nombre de mi hijo era hermoso y él, tan mío que creo que será real. No quise protegerlo, sentí que Caín sería grande y bondadoso,
creí en él, creí en la tilde que acentua su bonita vida, sin mancha oscura y sin dedo índice acusador.
Caín, Caín, Caín, se hace inagotable en mi boca, se ha grabado en mi sueño y el color de su piel,
yo se que saldrá de mi entrañas en cuanto sea madre.
Madre de Caín, así me llamarán mañana.

miércoles, 30 de junio de 2010

Espejo

Sé que me ves entera, risueña, viva.
Sé que me contemplas desde cualquier ángulo y que no es difícil verme.
Sé que me dejo ver.

Los cristales rotos aquí dentro jamás han hecho ruido,
porqué no es el ruido la cualidad principal del cristal,
ni del cristal roto si eso te consuela.

Pensarás en la fragilidad, pensarás que tal vez soy frágil.
No lo hagas, no lo hagas.
El cristal no está roto por fragilidad, está roto porqué así tenía que ser.

Nunca te asustas, nunca lo haces.
Nunca dejo que te asustes porqué ni si quiera yo lo hago.
Ni por ser cristal el temor acude, ni por estar roto explota la fragilidad.

Es cierto que, los demás sienten hacia nosotros,
en esencia y de forma primitiva,
lo que nosotros mismos sentimos al mirarnos por dentro.

Pues te diré que veo yo por dentro, si así logro explicarte porqué se lo que ves en mi.
Ves cristal, porqué yo veo cristal. Ves cristal roto, porqué yo veo cristal roto.
Ves cristal roto que así apareció, que se destinaba a estar roto o a no permanecer intacto, si prefieres verlo así.
No ves fragilidad y en realidad no lo ves roto, porqué ni soy frágil ni estoy rota, no escuchaste ruido ni pudiste asustarte, porqué jamás se rompió nada ni sentí miedo,
tal vez simplemente deberías ver lo que yo te muestro,
que pese a ser roto cristal, así soy, y nunca estuve entera y es por eso que,
sabiéndome a pedazos jamás temí que me rompieran.


Lo imaginaste, me viste, es el reverso de la historia personal
y mi carta de presentación.
Llámame cristal, llámame cristal roto si lo prefieres,
pero deshazte del condicional,
no siempre fue antes cristal entero lo que ahora es cristal roto
y sin embargo siempre puede ser cristal entero lo que ahora
en apariencia,es roto cristal.

Estúpido comentario personal.

Yo le dije : " el romanticismo y la gilipollez se confunden con mucha facilidad, por eso aún no sé que es lo que padeces, si un romanticismo de gilipollas o una gilipollez romántica."

Yo me contesté : (No es la clase de sentencia que esperaba escuchar!)


miércoles, 14 de abril de 2010

Común, corriente.

Aunque no nos guste pensarlo y ni tan si quiera nos lo planteemos como leit motiv, la muerta camina con nosotros desde antes de nacer o enjendrarnos hasta que decide cruzarse en nuestra vida, o hasta que creemos que nos llega el fin.
La muerte se te pega como una lapa y se experimenta más que la própia vida. Se saborea más el paso del tiempo y los momentos perdidos, que las cosas ganadas o logros a lo largo de los años, pues lo primero es eterno e ireversible y lo segundo efímero e imprevisible, es decir, podría volver, o no.
La muerte es en realidad a lo que tu llamas vida y es la misma paradoja que conlleba respirar, porque si respiras vives, pero mientras respiras consumes los latidos que te quedan por bombear.
Y no es de contrarelojes, de lo que hablo. No es el tiempo el eje. Es por la muerte y su mala fama, que se usa como castigo, cómo algo que se puede imponer o esperar y la vida, tan sobrevalorada que hasta se le impone a aquellos a quienes desean tropezar con su fiel compañera de vida, esa muerte que llegados a dantescos sucesos, se pega tanto a la vida, que invade nuestra existencia.
Fijaros que al final se ha convertido en una institución. De la muerte nació el infierno y la penitencia, del saber que todo tiene un fin nació la amenaza de adelantarse al tiempo natural, o a lo que otros llaman destino o tal vez ley divina. En definitiva, la muerte sin más, existe cuando eres niño, cuando eres madre o padre, cuando eres viejo, afortunado o desgraciado, cuando lo mereces o cuando menos te lo esperes. Lo unico que no existe, en realidad, es el derecho a vivir la vida como si no se fuera a ir, esfumar, malgastar....o como si fuera nuestra, y la de los demás también.
Subestimar la muerte es la peor manera de entender la vida.

lunes, 12 de abril de 2010

Reclamación

No me venda la moto, por favor.
No espere que crea en la definición del amor, pues no la exige. Es posible en todo caso, que se haga necesario conjugarlo para que cobre sentido, realismo...o invada la fantasía de quienes desean poseerse. Pero es lo mismo el deseo que el amor? se entiende su ejercicio sin la sexualidad de sus ventrículos? Es el flujo vaginal la contraportada de la erección fálica?
Que manifestación es esta pues, que no articula gramatica con semántica, pero sí física con placer? cuál es la cartografía del lexema y dónde se articulan los morfemas que definen el amor y a los amantes, señor?
Usted sabe mucho sobre filosofía, sobre arquitectura emocional e incluso sobre la verticalidad de los vinculos afectivos que horizontalmente responden cada estímulo sentimental al que se enfrentan, en el que es el peor de los campos de batalla : la atracción física. Pero digame, a dónde deben llevarnos los latidos que se comprenden entre la memória y la masturbación? que sentido tiene crear lazos entre el deseo sexual y el ser que invade nuestro inconsicente? Contra que debemos luchar cuando el amor deja de ser una composición paralela y equilibrada de elementos visuales, físicos, emocionales y penetrables , y de repente se convierte en instinto animal sin prejuicios de identidad, raza, sexo, tiempo, sexualidad y orientación?

No puedo traducir el sexo en amor, ni el amor puede semejarse a lo que yo entiendo por sexo.
Cuál es el discurso entonces, al que usted llama amor moderno?

lunes, 1 de marzo de 2010

Cómo provocar el fin con una verdad bien dicha.

Creo que sabes, espero que sepas, se que crees que no eres la mujer de mi vida, que sólo eres parte de la actividad frenética que ejerzo sobre mi vida, para aliviar, para olvidar, a la chica que me dejó.
Espero que sepas que yo no creo, ni se que soy la mujer de tu vida, pues yo soy el frenetismo en ti y también te ayudo a olvidar, te ayudo a olvidarme.