Cuando te admiro converjo con quererte,
y mientra una cosa ejecuto la otra desespero,
parece que ya no quede derecho para los resignados,
que ni querer queriendo podemos demostrar lo que damos.
Yo te miro y te observo,
de lejos y de cerca,
con palabras y silencio,
yo te quiero muchas veces y te admiro todo el rato.
Por ser de mentira más te quiero,
por ser real admirarte sólo puedo.
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