Si pudiera decidir el curso de las cosas lo haría, pero lo cierto es que sólo puedo escoger.
Ahora, que parece que hay un demonio en cada lado de la calle me veo obligado a andar por el asfalto.
El caucho no me hará más daño que el pánico a cruzar de bando.
Lo que uno pierde al arriesgar es justo el inconformismo que le da negarse a decidir.
Ahroa, que el verde se ha proclamado la bandera de la humanidad, resignamos a un mismo color también lo místico.
Cuando viajé en busca de oxígeno conocí a una amazonas. Las amazonas se protegian entre ellas y se procreaban sin ellos. Cómo sería eso. Más de ellas, más y más, y sin ellos.
Cómo ocurriría el milagro de dejar algo de mi desapareciendo primero?
No sin ellas. Pero ellas podrian sin mí.
No es el hombre el ser humano por excelencia. Ellas se aman, procrean, crean sus leyes naturales y la Naturaleza les da su estado de gracia. A nosotros, por huerfanos, a mi por único, por estèril y artificial me convence de que soy algo más, però no me da su palabra, me la història.
Con años y años de creencias, creando, fabricando, manufacturando al hombre y la mujer tan intacta, tan retrograda, tan estática que, obvié que su perfección natural no la olbigaba ni la forzaba al cambio.
Oh Dios mío, espíritus, cielo, paraiso, costilla divina, lujúria y pecado, me habéis echo creer que fuí des del princìpio y mucho antes de nacer, y sin embargo soy ahora y sólo des de ayer.
Ella tenían el poder mucho antes de que yo llegara, sin ellas ni yo ni ellos hubiesen sido, existido o muerto.
El hombre se debe a la fuerza suprema y natural que posee el cuerpo y alma de una mujer que creó a imagen y semejanza al resto, dividiendo su fortaleza en rostros hermosos, cuerpos redondos, senos repletos de alimento y vientres fértiles como fértil es el cielo que además de protegernos derrama agua.
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